“A partir de la aparición de focos de influenza aviar visibilizamos tres posible escenarios: uno de vía silvestres; uno doméstico -de crianza de aves para autoconsumo familiar- y uno comercial”, contó Rodolfo Acerbi, vicepresidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Añadió que se trata de una enfermedad que trasmiten las aves silvestres y que no se debe subestimar. “En el caso del primer escenario, es muy importante que cualquier persona que sale de turismo o a pescar, y ve cualquier ave muerta, debe sospechar y notificar la situación. En el segundo escenario, de traspatio, las familias deben mantener los gallineros cerrados para que no tomen contacto con otros animales silvestres. En estos dos escenarios estamos trabajando ahora”, señaló el funcionario.
Respecto del tercer escenario -el comercial-, dijo que se debe preservar como “nuestra gran joya”: “debemos cuidarlo mediante el refuerzo de las medidas de seguridad, atendiendo cualquier mortandad que sea fuera de lo normal”.
Consideró importante señalar que mientras la influenza aviar se encuentre en aves silvestres y de traspatio, la Argentina preservará el estatus sanitario y el normal flujo de exportaciones. “Debido a ello, la Nación refuerza el plan de acción para evitar que la enfermedad ingrese al circuito comercial”, dijo.
Las nuevas medidas anunciadas se suman a las ya implementadas en el marco de la emergencia sanitaria declarada por el Senasa, mediante la resolución 147/23: rastrillaje de las zonas de los focos en aves silvestres y traspatio para identificar otras aves enfermas; refuerzo de controles y de acciones de vigilancia epidemiológica en los puestos de frontera -con Chile, Bolivia y Uruguay-; desinfección de vehículos, control de pasajeros; movilización de agentes especializados en aves y manejo de emergencia de otras dependencias o centros regiones del Senasa hacia las oficinas ubicadas en las fronteras; continuidad en las campañas de sensibilización para notificación temprana; concientización, capacitación y recomendaciones para el esfuerzo en las medidas de bioseguridad en granjas comerciales, y articulación con otros entes públicos en la vigilancia y en el control del movimiento de aves, productos y subproductos de aves.
Toda la tarea preventiva se desarrolla por medio de un trabajo articulado con los Ministerios nacionales de Seguridad y Salud, con Parques Nacionales, con los Gobiernos provinciales y municipales, con el sector productivo y con los colegios veterinarios.
Actualmente, ante la detección de casos se realizan relevamientos de las instalaciones y condiciones de las zonas o establecimientos donde fueron hallados los animales; delimitación de un perímetro alrededor del lugar del foco para rastrillar y verificar posibles aves muertas o con sintomatología compatible con la enfermedad; consulta a vecinos, dueños de los establecimientos, o autoridades ambientales de las provincias, quienes realizaron las notificaciones ante las sospechas por mortandad o sintomatología en aves; establecimiento de puestos de control para evitar el ingreso y egreso de animales enfermos o personal que las haya manipulado recientemente.
En el caso de las aves de traspatio, se interdicta el predio y se procede al sacrificio sanitario de las aves que hubieran estado en el lugar donde se determinaron las mortandades y las muestras positivas.